domingo, 11 de febrero de 2018


LA FELICIDAD

Pequeñas gotas de gozo, de la vida,
de lo vivido y lo vivo.
¡Esa es la felicidad!

El primer llanto del bebé
en los brazos de la madre.
Las primeras palabras:
“mamá”, “papá”.
¡Esa es la felicidad!

El compartir en una mesa
una charla, una comida, una bebida.
Ya sea entre amigos,  camaradas
o la familia entera.
¡Esa es la felicidad!

Jugar con tu hijo.
Ingresar a su mundo mágico
dejando el tuyo.
Sacarle una sonrisa y alegría.
¡Esa es la felicidad!

Abrazar a tu madre,
tan cansada con el tiempo.
Besarla, acariciarla cada día.
Decirla cuanto la  amas,
sabiendo que tu amor
no alcanza al suyo.
¡Esa es la felicidad!

Abrir tu corazón al amor,
a la vida, al gozo de cada instante.
Cerrar tu mente al pasado, al futuro.
Abrirte a lo nuevo, al nuevo comienzo.
¡Esa es la felicidad!

Compartir tu pan
con el que menos tiene.
Alegrar el corazón al que llora.
Abrazar al que anda solo y triste.
¡Esa es la felicidad!

Despertarse en la mañana.
Abrir los ojos al  cielo,
extender los brazos a lo alto.
Dar gratitud a Dios Padre.
¡Esa es la felicidad!

Cerrar las pupilas en la noche.
Entregarte al letargo del sueño.
Dejar que el alma viaje
y sintonice con el universo.
¡Esa es la felicidad!

Luchar por tus sueños más profundos,
por tu propósito en la vida.
Reclamar tu felicidad,
gritarlo con el corazón y el alma.
¡Esa es la felicidad!

miércoles, 7 de febrero de 2018


CAMINANTE

Aquel hombre que anda.
No sabe cuál será el camino,
pero igual sigue andando.
Da el primer paso.

Empieza en una ruta,
termina en otra.
Vuelve a empezar,
vuelve a perderse.
Esa es la señal,
está avanzando.

No se preocupa tanto
si es el sendero correcto,
pues su corazón lo guía.
Entonces, sigue andando.

Disfruta los momentos,
instantes en cada paso,
en cada andar.
Los pies se cansan,
el cuerpo traiciona.
Pero igual sigue andando.

Al darse cuenta ha recorrido mucho,
ha aprendido también.
Cada paso es una experiencia.
No es pérdida, ni error.
Es sabiduría.

El siguiente paso será más firme,
será más sabio.
Para seguir andando,
en este largo caminar
llamado vida.

domingo, 4 de febrero de 2018

LOS NIÑOS

Criaturas angelicales en forma humana.
Lloran, cantan, ríen, bailan y gozan de la vida.
Expresan todas sus emociones sin miedos.

Su máxima expresión y felicidad: el juego.
Su sonrisa que dibuja cautiva a los padres.
Su gracia y picardía alimentan el alma de la familia.
Hacen del hogar una fiesta.

Si se enojan, perdonan rápido.
Si lloran, luego ríen otra vez.
Cuando juegan desarrollan su creatividad,
se gozan, alcanzan el cielo.
Cuando no juegan se apagan, opacan y mueren.

Practican el amor puro, sublime e  incondicional.
Su alma es trasparente y pulcra.
Ellos saben vivir, ellos saben amar.

Aprendamos de ellos.
Así seremos mejores humanos.
Ellos son nuestros maestros,
nosotros sus discípulos.